El Friso gótico de la Catedral
La fachada trasera de la Catedral, orientada hacia la calle de
Valparaíso o “callejón de la mona”, está recorrida en toda su longitud por una
moldura de estilo gótico florido fechada hacia finales del siglo XV y
principios del siglo XVI y atribuida al cantero Enrique Egas. Poco más
podríamos añadir a tenor de la documentación escrita de la época que se ha
conservado al respecto.
El profesor gienense don Emilio Luis Lara López, doctor en antropología,
ha estudiado la cenefa durante varios años y según su criterio tendría la
siguiente interpretación: Para el profesor Lara López, la popular “mona” de la catedral
representaría al judío sedente, figura que abre un discurso antisemita de
advertencia al cristiano medieval, para que éste no caiga en la tentación de
judaizar e incluso para invitar a los
propios judíos a la conversión como medio de rechazar al maligno y alcanzar la
salvación.
Así contextualizados, los diferentes
elementos decorativos que recorren la
cenefa se interpretan como símbolos judíos (figuras de cerdos que
aludirían a los “marranos”, es decir, a los judeoconversos tal y como se les
llamaba en aquella época), cristianos (granadas que simbolizarían la Iglesia;
una gárgola con posible forma de pelícano y espigas de trigo que representarían
la eucaristía; conchas que significarían el bautismo, la conversión, etc.) e inquisitoriales
(figuras humanas y animales atadas a unas ruedas en llamas que podrían representar
a los conversos penitenciados, condenados a la hoguera por la
Inquisición).
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